Eran dos guisantes de la misma vaina brasileña, pero opuestos en muchos aspectos.
Helio Castroneves ha sido conocido durante mucho tiempo por ser alegre y simplista, mientras que Gil de Ferran era considerado estudioso y seco hasta el punto de resultar extraño en ocasiones. Pero Castroneves dijo que sus personalidades a menudo eran mal interpretadas.
Por ejemplo, fue el tranquilo De Ferran quien animó a Castroneves a no tomarse las carreras tan en serio y destacó la importancia del equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Castroneves también reconoce que De Ferran era mejor haciendo amigos y luego enriqueciéndolos.
“Yo era el que la gente pensaba que estaba siendo gracioso”, dijo Castroneves esta semana sobre su amigo que falleció el 29 de diciembre luego de un ataque cardíaco en el sur de Florida. “Gil a menudo intentaba ser gracioso, pero no le funcionaba, ¡lo que resultó ser realmente divertido!
“Con su forma de ser nos cautivó a todos”.
De Ferran, de 56 años, fue realmente especial. Además de ser astutamente divertido, era inteligente para su edad, hijo de un ingeniero de Ford que era como un ingeniero conduciendo un auto de carreras al más alto nivel de esta categoría. Dos veces campeón de la INDYCAR SERIES y ganador de las 500 Millas de Indianápolis de 2003, el brasileño nacido en Francia se retiró de la conducción a los 35 años para dedicarse al liderazgo en los deportes de motor. Era propietario de De Ferran Motorsports, ganador de carreras, y ocupó puestos directivos en McLaren Racing y sus programas F1 y NTT INDYCAR SERIES.
Castroneves dijo que De Ferran era todo lo que podría haber pedido en un mentor y amigo, y su relación creció al unirse al Team Penske para el inicio de la temporada 2000 de CART.
En ese momento, Castroneves tenía 25 años y sabía que tenía mucho que aprender sobre la conducción para Roger Penske. Para empezar, Castroneves ocupaba el asiento destinado a Greg Moore, el popular canadiense que perdió la vida en un accidente en el California Speedway al final de la temporada 1999. Castroneves también se unió al equipo sabiendo que De Ferran, un ganador de carreras en la categoría con dos equipos distintos, necesitaba ser el líder.
“Él era el inteligente” afirmó Castroneves. “Rápidamente me di cuenta de que lo que dijo (sobre la configuración del auto) es lo que quería en mi auto”.
En su quinta carrera en Team Penske, de Ferran condujo hacia la victoria en Nazareth Speedway, poniendo fin a la racha de 55 carreras sin victorias del equipo y obteniendo el triunfo número 100 en su historial. Tres semanas después, en Detroit, Castroneves ganó su primera carrera en la categoría, un hecho que le llevó a escalar los alambrados por primera vez. Casi simbólicamente, treparon juntos el alambrado del Indianapolis Motor Speedway tres años después, después de que de Ferran ganara las “500 millas”.
Castroneves y de Ferran ganaron cada uno de sus finales 1-2 en Indy. De Ferran había perseguido a Castroneves hasta las banderas a cuadros en 2001.
Además de celebrar juntos a menudo, viajar a las carreras como compañeros de equipo les dio muchas oportunidades para acercarse más. Fue de Ferran quien animó a Castroneves a mudarse a Fort Lauderdale en 2010. Pasaron 11 años viviendo a poca distancia de las casas del otro y hasta hace poco vivían en la misma calle. Al estilo meticuloso de Ferran, diseñó su casa, una obra maestra de arquitectura de 10,000 pies cuadrados (930 m2).
Castroneves cuenta que De Ferran era su amigo más cercano al lado de Tony Kanaan, con quien comenzó a correr cuando era niño. En muchos aspectos, Castroneves veía en de Ferran, quien era siete años y medio mayor, al hermano más grande que nunca tuvo.
De Ferran a menudo se refería a Castroneves como si fuera un hermano pequeño.
“Hablábamos casi todos los días y se trataba más de la vida que de las carreras” aseguró Castroneves. “Me dio algunos de los mejores consejos de vida que nadie me haya dado jamás. Conocí a muchos amigos a través de él. Ha sido genial tenerlo en mi vida.
“Mi esposa (Adriana) y Ángela (la esposa de De Ferran) se conectaron muy bien porque Gil siempre había sido mi amigo y Luke (su hijo) trabajó conmigo durante mucho tiempo. Angela, Anna (su hija) y Luke son una gran parte de mi familia”.
Castroneves reconoció lo dolorosos que han sido los últimos días, pero el tiempo que pasó con los de Ferran en su casa en la víspera de Año Nuevo fue útil. Compartieron historias de los buenos tiempos (muchas de ellas presentaban el lado inocente de de Ferran) y fue terapéutico.
Castroneves dijo que también se sintió reconfortado por el hecho de que de Ferran murió momentos después de conducir un auto de carreras con Luke, su amigo más cercano. De Ferran tenía puestas las botas de competición que utilizó para ganar su última carrera como profesional.
«Eso es tan perfecto, muy Gil» afirmó Castroneves. “En su último día estaba haciendo lo que amaba con el hijo que tanto amaba. Así es como cualquiera de nosotros querría que fuera cuando llegue nuestro momento”.
Texto original: Curt Cavin, indycar.com
