Agustín Canapino terminó la prueba de novatos de la semana pasada en el Texas Motor Speedway con pensamientos compartidos por tantos pilotos de NTT INDYCAR SERIES a lo largo de los años después de experimentar este óvalo de gran peralte por primera vez.
“Este (tipo de carreras) es realmente una locura, y creo que estos muchachos de INDYCAR están realmente locos”, dijo Canapino, riendo por varios segundos. “Pero creo que este es el punto. Esta es la razón por la que INDYCAR es INDYCAR”.
Canapino, un piloto de 33 años que solo lleva un par de meses junto con el equipo Juncos Hollinger Racing, con sede en Indianápolis, fue uno de los tres pilotos que participaron en la prueba de la semana pasada para prepararse para la segunda carrera de la temporada de la categoría, la PPG 375 el domingo 2 de abril (Star Plus Latinoamérica, INDYCAR Radio Network). Los otros fueron Sting Ray Robb de Dale Coyne Racing con RWR y Benjamin Pedersen del AJ Foyt Racing, pero la ventaja que tienen sobre Canapino es la experiencia previa en óvalos a través de la participación en INDY NXT de Firestone.
Los antecedentes de Canapino son las carreras en autos de turismo en Argentino, así que deben creerle cuando dice que nunca se había encontrado con una experiencia así. El ex campeón de la serie, Alex Palou, le había dicho a Canapino que las extenuantes fuerzas G desafiarían su cuerpo, y lo hicieron. Su compañero Callum Ilott ofreció numerosos consejos en la radio de Canapino a lo largo de los dos días de prueba, y trató de aplicarlos lo mejor que pudo dada su inexperiencia.
Aún así, Canapino tuvo que hacer el trabajo en el Chevrolet No. 78 Juncos Hollinger Racing, que incluyó convencerse a sí mismo de que podía pisar el pedal a fondo y confiar en que el auto aguantaría el peralte de 20 grados en el extremo sur de la Óvalo de 1.5 millas y 24 grados en el extremo norte.
“Las fuerzas G a esas velocidades son una sensación muy fuerte, sinceramente, nada se parece a eso”, dijo Canapino. “Nunca sentí algo similar a eso”.
Las inclemencias del tiempo acortaron la sesión del jueves, extendiendo las pruebas a dos jornadas en lugar de una. Eso resultó ser un beneficio, aseguró Canapino.
“Para mi cuerpo, mi cuello y mi mente, era mejor relajarse (de la noche a la mañana) y pensar y empezar de nuevo”, dijo. “El primer día, la primera salida, fue difícil, muy, muy difícil, pero cuando comencé a entender la aerodinámica, a confiar en el peralte, a confiar en el auto, entonces comencé a sentirme bien. Luego pude poner a fondo (el pedal del acelerador) toda la vuelta, y comencé a lograrlo”.
Canapino sostuvo que también tuvo la suerte de tener tiempo para dar vueltas detrás de Sting Ray Robb (VER: Video) para darle una breve idea de la turbulencia que vendrá durante el fin de semana de carrera. Sin embargo, sabe que tener otros 26 autos en la pista creará un entorno aerodinámico diferente.
La carrera de Texas no se parecerá en nada a su primer evento INDYCAR SERIES, donde finalizó 12° en el Gran Premio Firestone de San Petersburgo que abrió la temporada el 5 de marzo en el circuito callejero de Florida de 1.8 millas, donde la vuelta más rápida fue de 105.348 mph. La vuelta más rápida en la carrera de Texas del año pasado fue de 220,661 mph.
“Sí, sí, estaba muy feliz con el resultado en St. Pete, pero siempre estoy de la misma manera, muy concentrado en el próximo” comentó. “Estoy concentrado en la próxima prueba, la próxima carrera, la próxima situación, y la próxima situación es un óvalo. Todavía no tengo idea de esa carrera».
“Pero antes de la prueba estaba muy, muy nervioso, pero ahora estoy más cómodo y he desarrollado respeto, mucho respeto, por el óvalo. Para mí, la carrera será una carrera de prueba, la misma situación que todas las carreras este año. Quiero terminar y aprender».
“Por supuesto, estoy corriendo en los autos más rápidos del mundo, y las carreras de óvalos son muy arriesgadas, muy difíciles y peligrosas. Pero es asombroso”.
Texto original: Curt Cavin, indycar.com
